La metodología define el modo de desarrollar la práctica
diaria. La metodología necesita objetivos explícitos. De otro modo el centro de
atención lo coparían las actividades, el norte formativo se podría difuminar y
los objetivos podrían quedar desplazados por otras pretensiones menos
formativas. Si la metodología fuera la médula espinal de la comunicación
didáctica, los objetivos podrían ser su encéfalo. La metodología pone de
manifiesto las intenciones educativas del docente y sus premisas didácticas: concepción
de la educación, de enseñanza, de su didáctica específica, la idea que tiene el
alumno, sus conocimientos aplicados a los elementos curriculares básicos, sus
valores educativos, su capacidad para gestionar la motivación didáctica de los
alumnos, su cota de respeto etc.
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